El ser humano tiende a prestar más atención a lo negativo: problemas, molestias e injusticias. Le convendría más enfocarse en lo bueno que está ocurriendo en su vida y en las relaciones que funcionan bien o lo que funciona bien en sus relaciones. Tiene que dar resultado algo en lo que están de acuerdo todas las creencias religiosas, espirituales y filosóficas…y hasta la ciencia. ¿Has oído decir “Cuenta tus bendiciones”?

Jeffrey J. Froh, profesor asociado de psicología de Hofstra University en Hempstead, New York, encontró que los adultos que se sienten agradecidos son más optimistas, tienen más satisfacción social, experimentan menos envidia ellos y hacia ellos, menos depresión y menos dolencias físicas. Duermen mejor y se ejercitan más. Los chicos que experimentan más gratitud tienen mejores calificaciones en la escuela, se imponen a sí mismos metas más altas, se sienten más satisfechos con la vida, los amigos, la familia y la escuela, y generalmente son menos materialistas y siente más deseos de dar a los demás.

Robert Emmons, profesor de psicología en la Universidad de California-Davis y pionero de las investigaciones sobre la gratitud, reveló que en un estudio, a la gente a quien se le asignó la tarea de escribir una lista diaria de gratitud, tendían más a informar haber ayudado a alguien con un problema personal o haber ofrecido apoyo emocional a otro, comparado con la gente que se enfocó en los problemas de la vida y en compararse con los demás.

La clave es desarrollar una actitud de vivir en gratitud a nivel mental, emocional y espiritual. Uno de los libros más recientes de Rhonda Byrne, la autora de “El Secreto”, se titula “La Magia (“The Magic”). El mismo trata sobre cómo expresar gratitud escrita a diario, diariamente, no solo por lo sucedido, sino por lo que queremos que suceda, nos puede cambiar la vida y traer a manifestación lo que deseamos.
Aprender a vivir en gratitud requiere unas guías:
  1. Empieza a escribir un diario de gratitud. Escribe todo aquello que agradeces, incluyendo personas.
  2. Aprende a dar gracias por los retos de la vida porque las lecciones vienen tras ellos y te enriquecen. Te sorprenderá cómo empieza a diluirse lo negativo de la situación, vendrá la solución y dejará de quitarte el sueño.
  3. Busca un amigo con quién expresar tus gratitudes para que te mantenga los pies en tierra y no conviertas tu gratitud en arrogancia.
  4. Dale gracias a la gente por lo más mínimo que hagan por ti, mirando a los ojos y con una sonrisa, para que les llegue una gratitud honesta y no solo social.
  5. Empieza la costumbre un poco olvidada de enviar notas de “gracias”. No tienes que escribir mucho y son muy apreciadas, especialmente hoy día que no son comunes.
  6. Haz una visita de gratitud a alguien que te haya ayudado en el pasado.
  7. Durante el día, detente a consciencia cuando ocurra algo por lo que te sientas agradecida, y haz una nota mental.
  8. Vigila tu lenguaje aún cuando te hables a ti misma. Cuando te enfoques en lo negativo, cámbialo conscientemente.
  9. Atesora los buenos momentos con tu familia y tus amigos. Las fotos, los dibujos y los recuentos escritos te mantienen enfocada en razones para dar gracias.
  • Te protege de envidias, tuyas y de otros, y de tomar las cosas y las personas por sentado, como si tuvieras “derecho” a todo
  • Aumenta tu auto estima, tu espiritualidad y tu energía
  • Reduce el egocentrismo
  • Te da nuevos buenos amigos y mejores amigos entre los que ya tienes
  • Fortalece tu relación de pareja
  • Prolonga la vida
  • Mejora las relaciones profesionales y la productividad
  • Protege de las emociones negativas ante las pérdidas
  • Fortalece el sistema inmunológico
  • Mejora el ritmo cardiaco
  • Te relaja
  • Levanta tu moral
  • Duermes más rápido y mejor